Querido Músico Mainstream: Gracias Por Su Contribución A Mi Bienestar

Sé bien que mucha gente ha criticado su música por ser fácil de producir. No me parece justo.

Querido Músico Mainstream: Gracias Por Su Contribución A Mi Bienestar

Sé bien que mucha gente ha criticado su música por ser fácil de producir. Cabría decir que incluso he oído tacharla de simplona. No me parece justo. He de decir que a la vez que entiendo esa crítica, rompo una lanza porque los efectos de su canción son casi tan profundos como los de una sonata compleja.

Ha quedado comprobado que lo simple no es enemigo de lo conmovedor. No digo que lo que usted hace sea bueno, pues eso no me corresponde a mí decidirlo. Pero, ¿conmovedor? Apúntese el tanto. Es usted alguien muy válido para transmitir emociones, al menos para transmitírmelas a mí. Supongo que esto aplicará también a otras personas si usted se decide a investigarlo. Hoy ha sido un día difícil para mí: déjeme que le explique.

Lo reconozco. Tenga usted talento natural o no, hoy su conocida canción me ha ayudado a superar el día. Yo me ahogaba en el mismo agua que me da sed, aturdido entre actividades cotidianas de supervivencia, cuando una playlist ha decidido bajar el listón y reproducir lo que sea que usted genera. Sus letras, aunque previsibles (pues vi venir la palabra ‘cielo’ a la décima de segundo de que usted dijese ‘suelo’ y se preparase a rimar) han sido confortables en esta mañana de hecatombe que aspiraba por repetición a convertirse en costumbrismo.

No digo que usted me haya salvado de una manera literal. Lo que sí puedo asegurar es que ha abierto una rendija de salvación en un bloque de pesimismo.

El fin del mundo acecha por la ventana, ya puede usted ver. La ausencia, espero que le sea familiar el concepto para entenderme mejor, enrarece el ambiente con su tendencia a llenarlo todo, lo que significa que perder a un ser querido hunde la superficie del pecho como una prensa hidráulica en un canal de YouTube, mediante un avance constante e imparable. Por supuesto, los primeros rayos que se ven en la ladera no son el final del dolor. Hay todavía que esperar a los truenos.

Su canción de amor, aunque de cierta familiaridad, ha tenido un positivo impacto en mi bienestar matutino. Sabrá usted bien que no hay dos sonidos de olas exactos entre sí, ni dos porciones de ensalada calcadas a nivel atómico, pues como es natural, lo que se mezcla lo hace en un caos de infinitos ingredientes. Es alentador ver cómo cuando el orden levita, lo hace sobre un infierno de sentido vacío — y aunque su canción recuerde brevemente a otras en lo musical, usted hoy ha conseguido que yo haga levitar mi orden sobre un manto de incertidumbre que he conseguido durante unos minutos hacer pasar desapercibido.

Mi sentido vacío — aquel que llena los espacios para transmitir el dolor de la pérdida a todas las partes de mi cuerpo — ha sido de repente zarandeado con su amigable melodía. Y eso que yo pensé, al intentar agarrarme a algo, que solamente la oscuridad me recogería. Al contrario y por sorpresa para mí, ciertas chiribitas de emoción han conseguido hacerme aterrizar. Por eso siento que tengo algo que agradecerle.

Hasta ese momento, nadie habría pensado que es tan fácil escalar por la pértiga de la sanación, pero tras su contribución a mi torpedeada semana, el ritmo me ha hecho desconectar de mis problemas para bailar por necesidad junto a la sartén y la batidora.

No quiero entretenerme, estoy seguro de que usted tiene asuntos que atender también. Esperemos que sean más afables que los míos. No se preocupe, volveré a la normalidad. No digo que exclusivamente gracias a usted, pero su contribución no será en vano.

He invitado a unos amigos a cenar y han estado de acuerdo en que su música es agradable y sanadora. Simplona quizá también, pero no pasa nada. Ya le he dicho que no somos sus jueces. Somos más parecidos a usted de lo que se piensa, seguramente, pues como mucho, somos seres humanos que se han juntado en mi cocina, con los corazones atravesados, para bailar contra el dolor y por la vida.

Max Raabe, Palast Orchester — Es wird wieder gut (Official Music Video)

Contra el dolor y por la vida